ÁTAME (#Pielverso)
Átame a ti, haz que estos labios
profesen tu nombre
como religión silenciosa
penetrando mi aire,
sintiéndote en la sangre
que me recorre y brota de ella
el sonido que anuncia
en mi pecho tu mirada.
Átame con tu voz, haz que mi cuerpo
se contenga a tu palabra,
seas tú quien haga arder
la antorcha que desvestirá mi piel
con las lenguas de fuego
a
las cenizas,
tenerme ante ti, libre de todo,
con la puerta cerrada a aquello
y entregado a ti,
esperando tu palabra.
Átame a ti, haz que vibre
a la procesión de tu mano,
hipnotizado en la dulce seducción,
con los pensamientos vueltos
un remolino en mi garganta
esperando ese instante
para gritar en el universo
de nuestros cuerpos
el momento donde tú eres yo
y yo estoy en ti, siendo tú,
comulgando lo que el beso
ha despertado.
Átame a tu mirada,
haz que todo, quien soy,
atado con el recorrer de tu mirada,
atrapado en tus ojos,
atado en tu voz que descarna al amor
para mostrarnos su nueva piel,
la nuestra, nosotros unidos,
convocados ante el placer,
devorados y convertidos
en un poema ardiendo en papel
que lengüetea el fuego con el aire
y sabernos sofocados
en un atado tembloroso
para despertarnos a vivir de muerte.
Átame a tu corazón,
haz que mi corazón
sea recibido por el tuyo,
ambos, siendo lámparas
derramando su aceite,
observando juntos
las sombras danzar con la luz
de nuestros cuerpos y sensaciones,
tentando al tiempo y al destino,
amándonos, libres,
con las ropas vueltas cenizas,
sintiéndonos atados
a una única respiración.
Come y bebe de mí
Cómeme, estoy en ti,
entrego mi cuerpo
libremente
tu nombre ha sido escrito
al calor de las flamas del silencio
donde grita tu mirada
y colocas tu caricia
sintiéndome aquí;
bébeme, aquí me tienes,
nuestras bocas se inundan de calor
frutas maduras derramándose
por las comisuras de nuestros labios...
come y bebe de mí
los néctares brotan
hilos y perlas cristalinas
nos toman, bañan,
perfuman el silencio
y la quietud afuera,
dentro, comulgamos la expiación
de cada pecado en carne
santiguando nuestros espíritus
a la forja bendita
de nuestras respiraciones
enloqueciéndonos
hasta ser tú, yo, viceversa,
al mismo tiempo,
en todas posiciones y momentos
cambiando colores por sonidos,
aromas por calores...
sensaciones recorriéndonos la piel
como lobos, como cuervos y caballos
en andar electrificado, feroz, indómito,
sensaciones en busca de los soles,
famélicos de lunas rojas.
Cómeme, bébeme...
te devoraré,
saciaré mi alma con tu alma,
penetrándonos en el aire,
ser fuego, lava perfumada,
transmutarnos a esas aguas violentas
golpeando las rocas
de las sábanas que ahora huelen a ti,
a tu respiración,
a esas manos tuyas
aferrándose a la tela
y a tu voz derramada...
comernos y bebernos
sentirnos en la piel, en la boca,
dejarnos las marcas del banquete
para sentirlas más allá del alba
navegándonos los recuerdos
al tragar saliva, cerrar los ojos
o al caminar en nuestros días.
Luis Antonio González Silva (@cuervocaos)
PIELVERSO, 2024
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Autor Desconocido |
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