EVANGELIO DEL CUERVO Y LA SERPIENTE (#PoesíaArcana)
Caer en ti, ciegamente,
El loco,
carta expuesta
mis ojos
saltan a ti
abismo
delicioso
cuna de mis
pecados
palabras,
sueños
contemplarte
en la
quietud del tiempo
desplazándose
sobre la
fragilidad
de la
serpiente custodia
la boca de
mi evangelio
—mi saliva
te recuerda—
salto al
abismo de ti
con estos
ojos
cayendo en
tu figura
contemplándote
en muda
letanía
dentro de la
procesión
de mi alma
penitente
ante el
desvelo de tus placeres
la caída es
grácil,
es dulce,
deliciosa
como miel
de un panal
virgen
delirio mío
donde caigo
en ti
siempre,
siempre, siempre,
revelando la
carta de los Amantes
en pacto
silencioso
donde te
busco y te encuentro
en todas y
en tantas partes
deseándote
con cada tinta de mí
llegar,
deseo, la resurrección de mi alma
dentro de tu
boca
mi corazón
te ha elegido
sobre las
tormentas
y las
bendiciones,
ante relojes
fríos
llenos de
arena,
sobre mares
y sobre vasijas de vino
—mi saliva
te recuerda—
ungiendo tu
cuerpo
con mis
ojos,
sin que te
percates,
permitiéndome,
destilarme
desde tus labios
que observo
en beneplácita armonía
de un cosmos
rampante
cayendo en
la sinuosidad de tu cuerpo
soñando en
vigilia perpetua
tu cáliz, de
ese vino que me das de beber
el beso y la
mordida serpiente
mis plumas
de cuervo
penetrando
tu carne
hasta
mojarme en tu respiración
anudarnos al
amor
pervertirnos
la palabra
mi saliva te
desea,
escribe en
mi lengua tu nombre
con la fervorosa
angustia
de morderlo
hasta ahogarme
en la
lujuria de tus suspiros
bañados en el
licor de nuestro beso
delirio mío
Rueda de la
fortuna
sobre tu
pecho
mi destino,
juego cósmico,
tú, el
origen de mis palabras
reinas en
mis silencios
penetras
cada pensamiento
con tu
presencia
disfruto
contemplarte
prohibida
figura
de dunas y
soles oscuros
en tu cuerpo
cae profundo
la carta del
Sumo sacerdote
pierdo mi
cordura
abrazado a
la sabiduría e iniciación
contemplando
tu cuerpo
serpiente
que duerme
mi delirio,
mi credo, mi religión.
Mis ojos
lamen tu cuerpo
efigie
cósmica, deleitándome
ojos que te
acechan
te disfrutan
como la
carta del Diablo expuesta
en suma cordura,
necesito,
atarme, acto
voluntario,
como una
sombra erótica
lamiendo tu
figura
con mis ojos
despertando
al cuervo en mí
—mi saliva
te recuerda—
deseo
infinito
de beberte
aljibe que
me da vida
soñando con
tu cuerpo desnudo
en pira
bautismal al mío
provocando
las cenizas
llamando al
amor
transmutarnos
al giro
revelación de
la Muerte,
ser tú en
mí, yo en ti,
nosotros en
el amor
y el amor
perforando dulcemente
nuestros
pechos para sentirnos un corazón
abrazo,
rezo,
muda letanía
que me moja la boca
en lo
salvaje de pensarte
mientras te
observo
me deleito
observándote
paisaje que
tomo a mis ojos voraces
te busco,
tú, mi santuario
volver a
comulgar contigo
en santa
trinidad amorosa:
tú, yo, el
amor
me urges,
deliciosamente,
cayendo en
tu cuerpo
al mirarte,
me urge profanar lo sagrado en ti
deleitarme
en ese
pecado afrutado
que pones en
mi boca
—mi saliva
te recuerda—
anhelo
incendiar constelaciones
a tu mano, a
esa palabra tuya,
abrirme la
ventana
me permitas
pasar
encender
cirios carmesí
vendarnos
con telas esmeralda
derramándonos
en óleos de amor
la Estrella
es revelada
al sentir mi
lengua
inquietarse
al contemplarte,
se anuda
dentro de mi boca
imaginando
el sabor de tu aljibe
desprendiéndome
de temores
beberte más
allá del olvido del tiempo
consagrándonos,
juntos,
en nombre
del amor
sentirme
envuelto
por la carta
de la Luna
soñándote en
ensoñaciones,
yo, como
penitente en el desvelo
de todos tus
placeres,
regresando a
tu boca
como amante
que anda sordo de realidad
abrazado a
ti, único universo,
diluyéndome
en un hechizo
cayendo por
tu cuerpo
observándote
en plegaría
silenciosa
a disfrute
mío
desde las
lunas de las comisuras de tus labios
la salvaje
melodía de tu cuello
penetrando
con mi lengua
la
Constelación de Aries
sobre tus
manos venditas
que me das
de beber y comer el fruto del amor
cayendo a
rezo arcano
penitente
pecando
sobre tu cuerpo
que permites
invada
profanarlo
derretir tu
respiración
en la
corrupción de mi lengua
a versos
arcanos
desando
regresar y embriagarme
con la
granada en ti
custodiada
por la serpiente
y, juntos,
atarnos lo placentero
en fuegos
nudo
atados en un
rosario de amantes
rezando en
tu nombre
ofrendando
el mío
—mi saliva
te recuerda—
danza final,
todas,
recomenzar
de nuevo
y en tantos
momentos
exponiendo
la revelación
de la carta
Mundo
sobre el
andar de mi delirio
por tu
cuerpo,
observándote
te siento
latir
al tacto de
mis ojos
—mi saliva
te recuerda—
te deseo,
regresar, ser
tu carne
adentrarme
en ti
consumirnos
en las lenguas de fuego
regresar a
tus manos
a tus
piernas mi templo
para
rezarles tantos versos
que me
guardo
al
contemplarte
tu boca,
muerde mi alma,
despertar a
tu serpiente
encontrarme
a mi cuervo
ser única
saliva
mezclando
nuestras respiraciones
y palabras
ahogadas
en miradas
incendiadas
mi saliva,
me llena la boca,
recordándote
aromas, sabores,
siendo un
cuervo penitente
en el
desvelo de tus placeres
mi serpiente,
mi corazón en dos.
—mi saliva
te recuerda—
contemplarte
me inunda
de pensamientos
ominosos,
me urges,
como el fuego a lo sacro,
cuervo, serpiente,
nosotros
me urges,
mientras mi
saliva te recuerda,
deliciosamente,
te recuerda y,
espero,
espero, espero
una palabra tuya,
me invites,
abras la
puerta, me invites a pasar
incendiar,
juntos, lo místico y lo oculto
dispuesto a revelarse
y llenarnos
cartas
arcanas como versos
en este evangelio
dentro de
nosotros en acto amoroso,
sucederte,
profundamente,
ocurriéndonos
en la santidad del amor.
—mi cuerpo,
alma y espíritu te desea—
Autor: Luis Antonio González Silva (@cuervocaos)
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Imagen: Autor Desconocido |
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