FUEGO & CUERPO (#PoesíaArcana)
Se me desborda el
alma
aroma de tu beso
penetre en mí
saliva hilándose
beso derramado
sobre la comisura
de nuestros labios
llegan los
pensamientos
perdemos la voz
beso tu cuello,
boca forastera
comiendo tu aroma
mi rostro
ofrendado
desgranando las
cuentas del rosario
de tu cuerpo,
cada una, en mi
boca,
transitando por
el valle de tu pecho,
anidando mi
lengua en los frutos
que me das de
comer
dátiles suaves,
bañados con mi
saliva
que sabe a ti
manos temblorosas
y ciegas sobre tu
figura
buscándote a ojos
cerrados
guiadas por tu
voz
temblosa,
también,
llevando tu
figura por mi tacto
bajando,
sinuosamente bajando
beso, uno más,
otro, un beso más
postrándome
rendido a ti
tocando a la
puerta prohibida
a tacto de beso
respirándote
rogando me
recibas
como ofrenda a tu
placer
umbral perfumado
abre ante mi
rostro
sonríes, te
reclinas,
esperas...
el fuego en piel
lo coloco en mi
boca
lengua arcana
trazándote
hechizos
a caligrafía
larga,
suave, delicada,
mojada,
trazos de versos
prohibidos,
dejando mi lengua
en ti
acariciado el
umbral palpitante
fruta de infierno
deliciosa,
dejando mis labios bañados,
mi piel bañada de
ti
respiro, te
respiro,
el calor de tu
cuerpo
embriaga cada
emoción
aroma de tus
muslos;
trago del néctar
que colocas en mi
boca,
mis manos llegan
abren el umbral
la puerta es mía,
me recibe
mis manos
como serpientes
entran en ti
y esta boca reza
succionando tu
respiración
movimiento suave,
frenético,
dulce, arrítmico,
sintiéndote
consumirte
ardes, tu fuego
me alimenta,
tu placer me
alimenta
esbozas algunas
palabras
estrellas se
encienden
escucho, mi piel
vibra,
mi rostro exige
hundirse en ti,
mis dedos se
mojan contigo
tomando ese fruto
a mi boca,
disfrutándote
ven, ven, ven, me
dices;
desobedezco,
libero a lo salvaje,
mi lengua domina
llega a ti,
la fuerza de un
huracán en mi boca
tomándote,
exigiendo vengas,
te vengas ahora,
en un grito sordo
y placentero
recibiéndote en
mi boca
el reloj se pausa
somos cubiertos
por sombras
mi rostro entre
tus piernas
tú, buscando
liberarte
de estas sogas
electrificadas
alrededor de todo
tu cuerpo...
un gemido largo
sin fuerza en la
voz
inundada,
ojos sin mirar,
pérdida en el
corazón del universo
y ahí, yo,
como una noche
cayendo sobre tu
cuerpo
mientras el
orgasmo en ti fluye
como la tempestad
de mares
sofocándose en
tormentas de fuego
yo, noche, sobre
ti
cayendo en beso
para tomar ese
orgasmo,
reclamarlo mío
ante ti, sobre tu
cuerpo
mi cuerpo,
cayendo
entrando duro,
suave,
río de fuego y
roca
lavar ardiendo
entrando en ti
un jadeo sordo
tu mirada más
allá del gran sueño
al momento de
penetrar tu cuerpo
abrazarnos como
serpientes
somos fuego y
fuego
única antorcha
quemándolo todo,
nuestra carne,
sangre, huesos, voces,
todo arde, nos
convertimos en cenizas
entrando en ti
fluyes en mí
nuestros pechos
explotan
abren su jardín
de lunas rojas
estallamos en
aromas
y nos enredamos
fuerte
serpientes de
fuego
devorándose
trasvasándonos el
veneno del amor
giras, te giro,
no sabemos de
nosotros
el amor habla por
nuestros cuerpos
sigo siendo tu
noche
cayendo sobre tu
espalda
glorificando el
momento
a cántico arcano
versos prohibidos
lamiendo tu
espalda
bajando, soy
ofrenda sobre tu altar,
rezo al amor
que ha tomado
nuestros cuerpos
y nos hará a su
imagen y semejanza,
perversa,
entregada, libres y desnudos
sobre las dunas
cae mi cuerpo
nocturno
buscándote mojada
entrando, volver
a ti
mil veces a ti
desesperadamente
derramándote
jadeos sobre la espalda...
inundas el
espacio con tu respiración entrecortada
me sientes en ti
embestirte,
buscándote ser tú
entrar en tu
cuerpo
navegarnos sin
ojos
entregados a
sentirnos
fuera de la piel
y de todo
fuerza salvaje
puesta en la
sangre
dominados por el
amor
somos un cáliz
ardiendo
derramándose en
todos lados
mojados
roca, fuego y
néctar
materia dispuesta
del amor
que nos coloca en
sus manos
en una sonrisa
maléfica
llena de suave y
jugosa perversidad
mi cuerpo en el
tuyo
ritmo a ritmo
mojándonos los
nombres
vuelves a girar,
frente a frente,
un beso más,
otro,
tanto como nos
los exijan
los cuerpos...
nosotros
yo, noche,
en ese beso
te entrego el
manto oscuro
y tu mano
caigo sobre el
lecho...
y tú, noche
sagrada
sobre mí...
me navegas
rezo a tu pecho
a caricias que me
apagan la voz
tú, arriba,
dominando
reclamando cada
emoción mía
consumiéndote en
mis respiración...
entregada,
torbellino de fuego
sobre mí, sobre
mi cuerpo
danzas, mueves,
sonríes
me observas como
un demonio
disfrutando de mí
deleitándose con
mi rostro
y...
en una mirada
serpiente
nos perdemos
ya no somos,
el amor se ha
filtrado
más allá de
nuestros corazones
lo reclama todo.
mis manos abrazan
la noche de tu
cuerpo sobre mi cuerpo,
te hago a mí,
abrazo,
nuevamente de serpientes
con la furia
nuestra
y mis piernas se
alzan
como columnas al
cielo
sosteniéndote
abrazado último
lo sabemos
nuestros rostros
en el cuello del
otro
respirándonos
el frenesí se
libera
no podemos a más
el amor nos
grita,
mi cuerpo se
eleva más,
endurecido a ti
sosteniéndote
abrazados
penetrando más
allá del todo
giramos,
compartimos noche
somos noche
nos quema
en ti, dentro,
recibiéndome
duro, profundo,
rompemos el canto
somos una
plegaría
ahogándose
vibrando
estalla el cáliz
tus muslos
mojados
mis piernas
sometidas a ti
este cuerpo
sometido a ti
dentro, me
recibes,
nos tomamos,
fuertemente,
nuestra carne se
una
queremos gritarlo
no podemos, más,
allá,
es todo, es
ahora, es ya...
y...
el tiempo se
derrite
después de ser
pausado
temblamos
vibras, te siento
suave
atrapado, aún, en
ti
suave, muy
suave...
nos abrazamos
fuerte
no nos dejamos ir
cálido,
derramado,
tú, entregada;
bañados en
sudores y jadeos,
jadeos que ahora
buscan respirar
cuerpos mojados
desnudos,
sonrientes,
recitándose besos
calmando la
tormenta
y me regresa el
alma
después de estar
en ti,
me sonríes, lo
sabes,
un beso, otro,
mil besos más
mientras noches y
albas
nos besan,
también,
más allá de los
relojes.
Parker Fitzgerald |
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